Antiguo hogar de Tehuelches, estas indómitas tierras sólo se poblarían por el hombre blanco a finales del siglo XIX. No obstante, estas tierras fueron escenario de aventureros que buscaban la mítica Ciudad de los Césares y durante mucho tiempo hicieron esporádicas incursiones sobre estas lejanas tierras.
Los primeros colonos que se asentaron en el lugar, en su mayoría de origen chileno, se dedicaron casi con exclusividad a la agricultura. Recién en 1903 se produciría una nueva oleada de inmigrantes, esta vez de origen nacional, que se producirá por la resolución dictada por la Corona Británica en 1902, sobre el litigio de territorios que sostuvieran Chile y Argentina, y que le otorgara a esta última la propiedad sobre las tierras.
En aquellos momentos los habitantes de la joven localidad se dedicaban a la agricultura, actividad que les permitía realizar trueques por otros productos en localidades cercanas.
El 28 de enero de 1926 fue la fecha en que un grupo de vecinos; entre los que se destacaban Don Cándido Azcona, José Ulieldin, Pedro Pascual Ponce, Antonio Merino y Miguel Anden; conformarían la Primera Comisión de Fomento en lo que en ese entonces se denominaba Territorio Nacional de Río Negro.
Sólo se tardaría un año para que se asentaran instituciones públicas, como el Juzgado de Paz, o para que se trazaran los primeros lineamientos de lo que es hoy la aldea de montaña.
La creciente población instó a la creación de una infraestructura que subsanara las progresivas necesidades que se iban suscitando en la localidad, lo que hizo que se contratara a inmigrantes. Es así que en los años ´30, de la mano del Ing. Alberto Pagano, arribaron inmigrantes especialmente venidos de Europa, quienes con el tiempo vieron a esta tierra como su hogar.

A finales de esta década, el pueblo ya empieza a caracterizarse arquitectónicamente, después de que se construyan edificios emblemáticos como la Escuela Hogar, la Comisaría, el Hotel Piltriquitrón, la Escuela Nº 30, el Correo y el Hospital, además de las principales vías de acceso a importantes centros como Bariloche.
Este bello sitio, que se convirtió en la morada de un crisol de culturas que creció lentamente, fue declarado como municipio el 18 de noviembre de 1957.
Su belleza, no tardó en ser reconocida y, lentamente, aventureros de los más recónditos lugares del planeta la conocieron y luego comentaron sobre sus virtudes paisajísticas.
Tal ves este fue el punta pie inicial para que a finales lo años 60, se acercaran los primeros hippies a la zona, movimiento cultural poseedor de un particular estilo de vida, amante de la naturaleza y la tranquilidad, adoptaron a este lugar como su morada. Esta afluencia de nuevos pobladores le dará a la ciudad su peculiar perfil, que con el tiempo la harán reconocida a nivel mundial.
Los años ochenta encontrarán a la localidad con un marcado estilo a favor de un modo de vida alejado del ajetreo cotidiano impuesto por el mundo moderno. El año 1984, la municipalidad proclamara a la zona como “No Nuclear”, declaración que se reafirmara en el año 1991 con la declaración de El Bolsón como Municipio Ecológico.
Hoy en día la localidad se encamina a un futuro lleno de bienaventuranzas, donde el espíritu joven de su gente, es una invitación continua para todos aquellos que gustan de los encantos de las cosas simples.