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Hotel Llao Llao
Ubicado a las afueras de San Carlos de Bariloche, es una atracción turística por excelencia en la región. Está localizado en una colina frente a los Lagos Moreno y Nahuel Huapi.
Se trata de un alojamiento muy famoso de la zona de Bariloche, en Argentina, que fue diseñado por el arquitecto Alejandro Bustillo y construido casi completamente en madera. Su interior fue obra de Jean Michel Frank.

En la década del 30, el Llao Llao fue devorado por un incendio y reconstruido en 1940. Se utilizó de manera ininterrumpida hasta 1976, cuando cerró sus puertas por falta de mantenimiento. Su reapertura fue en el año 1993, luego de que fue comprado por un grupo empresario. En 1999 ganó un premio como el “mejor hotel y resort del interior de Argentina"

El Llao Llao realmente es un hotel majestuoso y se lo puede observar desde varios puntos de la ciudad de Bariloche. Es un destino obligado para los turistas que pasan por allí, una postal que nadie se puede perder. Se accede a este hotel a través de una entrada de piedra en subida, el vestíbulo tiene techos muy altos y pasillos enormes.

El diseño y la decoración son típicos de un alojamiento de montaña, con maderas de ciprés (típico de la región) y pino rústico. En este caso, se combina el servicio cinco estrellas. El desayuno se sirve en el gran salón que también se utiliza para eventos. Los candelabros que cuelgan del techo de vigas son asombrosos.

Entre las instalaciones del Llao Llao se destacan la sala de convenciones, la biblioteca y el salón de relajación. Las actividades son para toda la familia. Las habitaciones ofrecen el mobiliario más moderno pero a la vez, el diseño es más bien austero. En el piso superior se encuentra la suite presidencial, grande en cuanto a dimensiones, pero no en relación a su lujo. En total, el hotel tiene cuatro plantas y dos sótanos. Las vistas al Lago Moreno son realmente increíbles.

Además, ofrece galerías al aire libre para disfrutar del paisaje y del descanso. Los pasillos de moqueta, el aroma que sale desde la cocina, la elegancia y majestuosidad que conserva desde su construcción y ese detalle de historia y mística que lo caracteriza son sólo algunas de las virtudes de uno de los hoteles más conocidos de la Patagonia Argentina.
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